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Podología infantil

PIE PLANOS

Es un pie con la altura del arco interno aplanado, muy característico en los primeros años de vida del bebé y puede ser fisiológico (normal) hasta los 6-8 años de vida del niño. Tras nuestra valoración funcional y estudio de la pisada lo clasificaremos en:

  • Flexible
  • Semiflexible
  • Rígido
Atendiendo a su funcionalidad y la edad el tratamiento será desde revisiones y seguimiento periódicos, ejercicios específicos en casa, fisioterapia o la fabricación de plantillas.

PIE CAVOS INFANTILES

Es un pie con la altura del arco interno aumentado. No suele ser doloroso ni causa limitaciones en la edad infantil dada su característica de flexibilidad, aunque debemos de vigilarlo con el desarrollo a la etapa de la adolescencia por si los tejidos, músculos y articulaciones se volviesen rígidos. Tras nuestra valoración funcional y estudio de la pisada lo clasificaremos en:

  • Fisiológico o mecánico
  • Neurológico
Atendiendo a su funcionalidad y la edad el tratamiento será desde revisiones y seguimiento periódicos, ejercicios específicos en casa, fisioterapia o la fabricación de plantillas.

DISIMETRIAS

Diferencia entre la longitud de las Extremidades del Miembro Inferior (se mide en milímetros). Pudiendo ser:

  • Real o estructural: Hueso más corto en longitud en relación al de la otra pierna.
  • Funcional: Por compensación de la columna vertebral o de alguna articulación del miembro inferior.
En nuestra valoración realizaremos mediciones de los diferentes puntos de referencia corporales, pruebas funcionales y podremos también apoyarnos de Radiografías o Teleradiometrías. Según la disimetría que presente nuestro paciente (milímetros) y la etapa de desarrollo evolutivo el tratamiento se enfocará desde revisiones y seguimiento, fisioterapia, ejercicios específicos de fortalecimiento muscular y/o plantillas.

PATOLOGIAS COLUMNA RELACIONADA CON LA PISADA

La patología de columna más frecuente relacionada con la pisada o la alteración en longitud de los Miembros inferiores (disimetría) es la Escoliosis (desviación lateral de la curva de la columna vertebral) Dependiendo de la edad de nuestro paciente infantil, de las mediciones de los puntos de referencia y/o pruebas complementarias que nos aporte, lo clasificaremos en:

  • Actitud escoliótica
  • Escoliosis estructurada
Atendiendo a la clasificación y la edad, el tratamiento irá desde revisiones y seguimiento periódicos, ejercicios específicos en casa, fisioterapia o la fabricación de plantillas para compensar dicha disimetría.

DOLORES POR CRECIMIENTO

Son dolores y/o molestias de los Miembros Inferiores que afectan a los niños durante su etapa de crecimiento. El rango de edad es entre los 3 -14 años, pero se manifiesta de forma más activa entre los 3-6 años donde el crecimiento es más activo.
Son ataques variables de duración, frecuencia y gravedad (30 min – 2 horas) Son benignos y autolimitante que normalmente con un leve masaje alivian los síntomas, también se podría aliviar con medicación (ibuprofeno y/o paracetamol).
El dolor suele ser nocturno y durante la mañana no presentar síntomas y el niño puede realizar su actividad física con normalidad, incluso pueden existir días donde no aparezca ningún tipo de dolor.
Prestaremos atención a los siguientes síntomas que no están relacionados:

  • Dolor persistente durante el día
  • Afectación de las articulaciones
  • Dolor muy localizado
  • Limitación articular
  • Cojera
Tras la valoración global y funcional del niño, se buscará la causa y origen de sus dolores. Nuestra actuación terapéutica irá enfocada a aliviar los síntomas, desde tratamientos de fisioterapia (masajes, terapia manual, estiramientos suaves, ejercicios..) hasta podológicos como la realización de plantillas para mejorar el apoyo del pie.

MARCHA EN ADD (PUNTAS HACIA DENTRO) O ABD (PUNTAS HACIA FUERA)

En este tipo de marcha tenemos en cuenta hacia donde están orientadas las puntas de los dedos del pie. Si están hacia dentro (marcha ADD) si están hacia fuera (marcha ABD). Depende de la edad del niño, esta orientación puede variar. Hay que tener en cuenta que a partir de los 7 años el niño ya tendrá una marcha como la del adulto, por ello, la importancia de realizar la 1º visita del podólogo a los 3-4 años de edad, para tener un control y seguimiento. La orientación de la marcha dependerá de:

  • Cadera
  • Fémur
  • Rodilla
  • Tibia
  • Pie
Por ello nuestra valoración será a nivel general, para ver la funcionalidad global, y más específica en dichas zonas de conflicto para detectar el problema. Una vez detectado actuaremos desde la Fisioterapia o desde el campo de la Podología.

MARCHA DE PUNTILLAS (FISIOLÓGICA O PATOLÓGICO)

Esta marcha es muy llamativa a simple vista, en la cual, el niño solo apoya con la punta del pié (antepié y dedos). En este caso no apoyan el talón en la 1º fase de la marcha. Es frecuente que se de en niños menores de 2-3 años incluso llegando a considerarse una marcha normal, sobre todo cuando están comenzando a caminar. Sin embargo, también puede estar provocado por alteraciones neurológicas, por ello es de suma importancia detectarlo lo antes posible. Como siempre recomendamos la 1º visita al podólogo a los 3-4 años de edad. Una vez realizado el estudio de la marcha y la valoración funcional del peque, la marcha en puntillas la clasificaremos en:

  • Fisiológica (normal)
  • Patológica
Atendiendo al origen del problema, el tratamiento irá enfocado desde la Fisioterapia (tratamientos, ejercicios de fuerza, estiramientos…) hasta la podología (plantillas, vendajes, férulas nocturnas….)

CALZADO INFANTIL RESPETUOSO

El calzado se utiliza para proteger el pie de lesiones, del frio y de la humedad. El calzado ideal para los niños debería permitirles el desarrollo natural del pie, de forma semejante al que tendría si no se usase calzado. Debemos tener en cuenta que el pie del niño NO es igual que el pie del adulto, por ello las recomendaciones de uso de calzado dependerá de la edad evolutiva de cada niño, sobre todo de su desarrollo motor. El calzado que utilice el niño en su infancia puede condicionar alguna patología en el adulto.

  • El niño debe de ir descalzo para no alterar el proceso de osificación de sus pequeños huesos con elementos externos.
  • Potenciar los estímulos externos, cuanto más se mueve más aprende y más conexiones neuronales forman.
  • Potenciar la función sensorial, ayudándolo a explorar, interactuar e investigar su entorno físico y social.
  • El pie continúa sin función biomecánica
  • Recomendación seguir descalzo por los mismos motivos de la primera etapa de bebé. Sólo recomendamos el uso de calcetines con adherencias al suelo, para evitar resbalones.
  • Es muy importante que en esta etapa el pie este en contacto con el suelo en superficies irregulares para estimular los reflejos y la propiocepción (equilibrio). Así mejoramos la posición de sus articulaciones y se refuerza su postura.
  • Seguimos recomendando estar descalzo el mayor tiempo posible hasta los 2 años, por el estímulo de la propiocepción, las presiones plantares, para entrenar su musculatura y el desarrollo del crecimiento de sus huesos.
  • Recomendamos el uso de calcetines con adherencias al suelo.
  • Cuando haya que poner calzado se recomienda que sea lo más respetuoso con su pié, totalmente flexible y sin suela, además de un buen ajuste con velcros.
  • Se va desarrollando el patrón de marcha adulta y los pies estarán sometidos a mayores esfuerzos.
  • Seguiremos recomendando el estar descalzo el mayor tiempo posible, sobre todo en casa o zonas como la playa o el campo donde el terreno es irregular. De esta manera seguimos fortaleciendo el pie y mejorando en habilidades motoras gruesas (saltos, equilibrios…)
  • Peso ligero
  • Medidas de sujeción o regulación: Muy importante que exista (velcros, hebillas, cordones)
  • Lengüeta: Protege el pie del niño, debe de ser almohadillada y suave.
  • Contrafuerte, zona trasera: siempre debería existir en el calzado (incluso en zapatos de verano). En edades más tempranas no debe llevarlo a no ser que tenga una patología. A partir de los 6 años contrafuerte firme, pero no rígido.
  • Caña del calzado: No debe superar la articulación del tobillo, para no ferulizar, que permita la movilidad total.
  • Interior calzado: Sin costuras y sin arco interno marcado, la plantilla debe de ser extraíble y lo más fina posible.
  • Torsión: Importante que se pueda retorcer la parte delantera respecto a la trasera.
  • Horma: Debe ser recta en todas las edades, casi todas son torcidas hacia dentro.
  • Longitud: Debe sobrar entre 0,8 y 1 cm (aproximadamente 1 dedo) desde los dedos al final de la plantilla del zapato. Para ello sacamos la plantilla del zapato y subimos al niño encima de ellas. Debe existir este margen por el ajuste de deslizamiento antero posterior durante de la marcha.
  • Anchura: Se mide en la zona de las cabezas de los metatarsianos (desde el 1º al 5º). Con el niño encima de la plantilla del zapato, se recomienda que sobre entre 2-5 mm por cada lado.
  • Material: Siempre serán flexibles, nunca rígidos.
  • Flexibilidad / grosor suela: Siempre será flexible por la zona del antepié, por donde flexionan los dedos, y flexibilidad a la torsión por la zona media del calzado. El grosor debe ser fino para que el pie pueda recibir el estímulo del suelo y así fortalecerse con el desarrollo óseo, muscular y tendinoso. Las suelas gruesas inhibe este proceso.
  • Altura zona dedos / forma de la puntera: La forma cuadrada o redondeada en todas las edades, pero respetando la posición anatómica y el movimiento de los dedos del pie del niño. El espacio de los dedos entre 5-8 mm para que no roce con la parte superior del calzado.
  • Drop: Diferencia en milímetros entre la altura de la zona posterior (talón) y la zona anterior (puntera) del calzado. Muy importante que no haya, es decir, que sea 0 milímetros. Si existe Drop en el calzado es como si estuviésemos subiendo al niño en unos tacones, con lo que estamos desequilibrando su centro de gravedad y alterando el desarrollo de la musculatura posterior de las piernas.
FAQ

Preguntas frecuentes sobre podología infantil

Lo ideal sería hacer la primera visita entre los 3-4 años si no existen signos o síntomas de alarma detectados por los padres.

Dolores en articulaciones del pie y/o tobillo, caídas frecuentes, cansancio, desviaciones de la normalidad, rozaduras o lesiones en los dedos del pié.

En la primera consulta abrimos la Historia Clínica del niño y rellenamos la información con preguntas a los padres relacionadas con el desarrollo motor desde la etapa de bebé hasta la actual. Valoraremos la forma y aspecto de los miembros inferiores, la movilidad de las diferentes articulaciones y cómo se desplazan durante la marcha.

Depende de la fase evolutiva del niño, de sus características motoras y sobre todo de la forma de su pié. Existe hoy día en el mercado gran cantidad de diferentes marcas y modelos para todo tipo de pies. Para ello tenemos que hacer una buena valoración.

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